viernes, 11 de julio de 2014

Chile: Cura Gerardo J. Rivera reconoció 4 casos de sustracción de menores

El robo de niños en el pasado chileno

El religioso imputado participó en varios casos de adopciones ilegales durante la dictadura, según declaró a la Brigada de Derechos Humanos de la Policía de Investigación.

Un sacerdote reveló haber tenido conocimiento de cuatro casos de adopciones irregulares de niños ocurridas en los años ‘70 y ‘80, durante la dictadura de Augusto Pinochet. Gerardo Joannon Rivera, perteneciente a Congregación de los Sagrados Corazones de Santiago, reconoció como imputado ante la fiscal Erika Vargas haber sabido de tres casos y, en un cuarto, haber bautizado a uno de los menores adoptados en una virtual red ilegal de robo de niños.

Joannon declaró a la Brigada de Derechos Humanos de la Policía de Investigación chilena (PDI) que el primer caso en que habría intervenido fue en 1972. “Fui contactado por un colega sacerdote, quien se econtraba fuera de Santiago, con la finalidad de que pudiera ayudar a una familiar suya, que era una mujer de 19 años, menor de edad (según la legislación de la época) y estaba embarazada”, dijo el imputado. Y prosiguió: “Tomé contacto con esta familia, en especial con la joven, a quien siempre le insté a llegar al término con su embarazo, dentro de este contexto la abrí a otra realidad, en el sentido de que ella supiera que existía la posibilidad de dar en adopción a su hijo”, agregó el sacerdote Joannon, publicó ayer el diario local La Tercera, que tuvo acceso a la investigación de los casos.

El segundo caso mencionado por Joannon fue el de un menor adoptado que le presentó una familia que lo invitó a comer a su casa. El religioso reconoció haber participado incluso en el bautismo del infante. Joannon señaló que la siguiente adopción irregular de la que tuvo conocimiento ocurrió en 1983, cuando acompañó en su embarazo a una amiga de 22 años, en aquella época. “Se atendía con el doctor Gustavo Monckeberg, quien es la persona, según lo que me he enterado, que le sugiere que dé en adopción a ese menor”, añadió. Explicó que cuando la mujer dio a luz en la Clínica Santa María, fue a verla y se encontró con el doctor Monckeberg, quien le aseguró que la beba “había muerto”. Joannon, quien reconoció no haber visto el cuerpo ni haber participado del funeral, precisó que hace diez años conoció a una joven por intermedio de una psicóloga, quien “efectivamente era la hija dada en adopción” en aquella oportunidad.

El cuarto caso fue en el año 1987, cuando “una familia muy cercana y amiga se encontraban con el problema de que una de sus hijas, de unos 22 años, había quedado embarazada”. Tras los dichos del sacerdote, la fiscal Vargas se declaró incompetente y traspasó la causa al ministro de la Corte de Apelaciones Mario Carroza, quien resolvió investigar estos doce casos que denominó como “sustracción de menores”.

Ahora Carroza deberá ratificar y validar el testimonio del sacerdote y, eventualmente, realizar preguntas que podrían haber quedado inconclusas.

Este caso se inició cuando el Centro de Investigación Periodística (Ciper) reveló en un reportaje la participación de Gerardo Joannon en una serie de adopciones irregulares que tuvieron lugar en el período de dictadura militar en Chile. El trabajo periodístico cuenta la historia de madres adolescentes cuyos hijos fueron dados por muertos, pese a que habían sido entregados a otras parejas por sus abuelos biológicos.

Durante la dictadura de Pinochet hubo detenidas desaparecidas embarazadas. La Agrupación de Familiares de Detenidos y Desaparecidos registra nueve casos de mujeres embarazadas que están desaparecidas, cuyos hijos habrán nacido en cautiverio. El abogado Luciano Fouillioux, ex subsecretario de Carabineros que trabajó en la Vicaría de la Solidaridad, señaló a la prensa local que “si hay algo que marca la máxima crueldad de la dictadura es que, además de los padres, son tomados los hijos y los niños. El hecho es de tal magnitud que no cabe más que condenarlo”.

viernes, 4 de julio de 2014

Chicha’ Mariani: “No confío en el Papa actual”

La fundadora de Abuelas de Plaza de Mayo habló sobre el rol del Papa y la Iglesia con los desaparecidos y el compromiso de la Justicia argentina para finalizar los juicios de lesa humanidad en Diciembre de 2015.

Jueves, 03 de julio de 2013. Respecto al ex Cardenal Jorge Bergoglio y su rol en la búsqueda de desaparecidos, disparó: “siempre están mimetizados los cómplices políticos, civiles, eclesiásticos, que tienen algo que decir y no lo dicen. En el Vaticano se dieron datos de la hija de Gelman, allí le dijeron donde la podía encontrar y la encontró. Espero esa tarea del Papa actual, aunque no confío mucho en él porque no hizo nada en el tiempo que estuvo en Argentina. Espero que saque a la luz los archivos militares”.

“A mí me echaron tres obispos por haber estado buscando a mi nieta y sabían dónde estaba, porque me lo habían dicho. El señor Montes de La Plata, me dijo: ‘señora no moleste, la gente que la tiene merece cuidado porque la tendría mejor que usted’, 25 años después me dijo que se había olvidado. No he encontrado nunca a Clara Anahí y todo eso me hace pensar en la justicia lenta y en la falta de querer hacer las cosas”, señaló.

“El compromiso de la Justicia debiera ir más allá de Diciembre de 2015, tiene que seguir hasta que el último represor sea juzgado y el último niño sea restituido. Se habla de reconciliación, pero ¿qué reconciliación puede haber si mi nieta no apareció en 37 años? A mi hijo lo tiraron porque no tuvieron la dignidad de poder devolverme su cadáver. Esta es una enfermedad que va a seguir persistiendo como una bacteria en la sociedad”, opinó Mariani.
Respecto a la búsqueda de su nieta, indicó: “Lo último ha sido la declaración de un conscripto que dijo que vio que la sacaron viva con una manta fucsia. Yo sé que Clara Anahí estaba viva, sé que está, que se tapa y se oculta”. Asimismo, agregó: “me duele la lentitud con la que se ha hecho el Juicio de La Cacha. Me cuesta asimilar mi ausencia porque uno siente la necesidad de acompañar a quienes sufrieron y están esperando. Tengo la esperanza que se pueda seguir haciendo justicia”.

“Es un cáncer tapado con una gaza esperando que pase el tiempo. Tiene que haber justicia, se lo merece cada uno de los desaparecidos, torturados, quemados. A mis 91 años, quisiera ver que hubo justicia y no con cuenta gotas”, confió y continuó: “van diluyendo y prolongando en el tiempo las situaciones de los presos y los que falta encontrar en todo el mundo. Es muy grande la herida que fue hecha, no se puede cerrar por decreto”.

En cuanto al rol del Estado, “Chicha” señaló: “este gobierno abrió muchas puertas que permitió movernos a los afectados con más tranquilidad y ayuda. Apoyó, ayudó, facilitó algunas cosas, pero tendría que haber buscado a esos hijos de la Patria, los bebés que se llevaron para ‘educarlos mejor’ y dejó que esta tarea sea siempre a cargo de las Abuelas”.
“Desde el ’77 hasta ahora nos tocó luchar a brazo partido, dejando la vida, buscándolos. ¿Por qué no los buscó el Estado? Si pudieron haber obtenido datos. ¿Por qué nos dejaron a nosotras solas, rompernos el alma y torturarnos día a día? Tenemos clavado el cuchillo en el alma de no haber encontrado a nuestros nietos”, concluyó en Radio La Plata (FM 90.9). (Portal Contacto Político)