martes, 29 de diciembre de 2015

Condenas entre 5 y 8 años a los apropiadores de Pablo Athanasiu Laschan, nieto recuperado 109

Condenaron a penas de entre cinco y ocho años y seis meses de prisión a los apropiadores del nieto recuperado 109

La Justicia impuso penas de entre cinco y ocho años y medio de cárcel a los apropiadores del nieto recuperado 109, Pablo Athanasiu Laschan, al término de un juicio oral en el que se declararon "crímenes de lesa humanidad" los delitos cometidos contra el joven, ya fallecido.
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El veredicto leído por el Tribunal Oral Federal 5 recayó sobre Enrique Lopez, condenado a ocho años y seis meses de prisión y su esposa Carmen Saunier, quien recibió una pena de 5 años.

Para el juzgado como entregador del bebé, secuestrado junto a sus padres en la última dictadura cívico militar, el ex comisario Juan Dib, se impuso una condena de 7 años y seis meses de prisión.

Los jueces Adriana Palliotti, Oscar Alberto Hergott y Daniel Horacio Obligado rechazaron planteos de prescripción de los delitos y de extinción de la acción penal ya que consideraron "imprescriptibles" los hechos juzgados.ro

La condena más dura recayó sobre López, un ex policía federal de 66 años que recibió al bebé de seis meses en 1976 y lo anotó como hijo propio bajo la falsa identidad de Carlos Andrés López.

Su esposa, de 88 años, fue encontrada coautora de los hechos y no estuvo presente en la sala durante la lectura del veredicto ya que por la mañana, durante las últimas palabras, sufrió una descompensación y fue retirada de la sala en silla de ruedas.

El nieto 109, Athanasiu Laschan, no llegó a presenciar el juicio ya que tenía cáncer y se suicidó a los 39 años en abril último.

Antes de conocerse el veredicto, el ex policía Dib proclamó su inocencia sobre lo ocurrido en abril de 1976.

Según consta en el expediente, López y Saunier inscribieron como hijo propio, bajo el nombre de Carlos Andrés López, a Pablo Germán Athanasiu Laschan.

Pablo había nacido en la ciudad de Buenos Aires el 29 de octubre de 1975 y, cuando estaba a punto de cumplir seis meses fue secuestrado junto a sus padres.

El bebé era hijo de una pareja de chilenos que había buscado refugio en la Argentina pero que finalmente, terminó secuestrada y desaparecida en el marco del Plan Cóndor, por el cual las dictaduras latinoamericanas coordinaban su accionar represivo.

En abril de 2013, el joven se sometió a un examen de ADN y se confirmó que era hijo de Frida Laschan Mellado y Angel Athanasiu Jara.

La fiscalía había pedido una condena de 15 años de prisión para López y Dib y 11 años de prisión para Saunier.

Los tres fueron condenados por los delitos de retención y ocultación de un menor de 10 años en concurso ideal con alteración del estado civil de un menor de 10 años.

A López, además, se lo condenó por falsedad ideológica de documento público destinado a acreditar la identidad, dado que fue quien hizo insertar los datos falsos que permitieron la inscripción en el Registro Civil de la víctima como hijo suyo y de Saunier.

En este juicio -que comenzó el 17 de noviembre pasado y se desarrolló a lo largo de siete audiencias- la querella está representada por la Asociación Abuelas de Plaza de Mayo, con su abogado Alan Iud.

De los tres condenados, el único que cumple con arresto efectivo es el apropiador López, debido a que su mujer está excarcelada y Dib goza de arresto domiciliario por su edad.

Cuando ocurrió el secuestro del bebé en 1976, Dib era jefe de la delegación Rosario de la Policía Federal. El apropiador Lopez trabajaba también allí y recibió la criatura.

La defensa oficial de la pareja había pedido la absolución y sostuvo que ambos creyeron siempre que se trataba de un bebé abandonado.

                                           

martes, 1 de diciembre de 2015

Otros casos de mujeres que pudieron sobrevivir

Reencuentros de hijos y madres

Mario no es el único hijo de desaparecidos que fue apropiado y que podría reencontrarse con su madre. Aunque los son escasos, dado que el plan sistemático de los represores incluía el asesinato de las mujeres luego de dar a luz, hay al menos otros seis nietos que a la vez que recuperaron su identidad, recuperaron a su madre.

Tamara Arze nació el 22 de julio de 1974 y, cuando tenía un año y medio, su madre, Rosa Mary Riveros, fue secuestrada. La niña
vivió al cuidado de una pareja hasta que una patota irrumpió en la casa y las fuerzas de seguridad dejaron a Tamara con unos vecinos. Rosa fue liberada en 1981, consiguió asilo en Suiza y buscó siempre a su hija en contacto con las Abuelas. En junio de 1983, las abuelas Mirta Baravalle y Rosa Roisinblit fueron hasta una casa en Guernica y tras una larga búsqueda localizaron a Tamara. La madre envió un casete donde le contaba a su hija qué había pasado, cuánto la extrañaba y todo lo que la había buscado. Tamara viajó a Suiza.

Los hermanos María Eugenia y Felipe Gatica Caracoche fueron recuperados poco después del regreso de la democracia y pudieron encontrarse con sus padres. En 1976 Ana María Caracoche y Juan Oscar Gatica tuvieron dos hijos. María Eugenia nació el 6 de febrero y Felipe el 23 de diciembre.

María Eugenia fue secuestrada en marzo de 1977 en la casa de una pareja que la estaba cuidando. Un mes después, su madre y su hermano corrieron la misma suerte. La mujer recuperó su libertad en mayo de 1977. Ella y su esposo buscaron a sus hijos y encontraron a Felipe en agosto de 1984. Otra familia lo había anotado como su hijo. María Eugenia había sido inscripta como hija propia por el comisario Rodolfo Oscar Silva y su esposa Armanda Elisabeth Colard. Fue restituida por un juez penal casi un año después, el 18 de septiembre de 1985.

En 2002, después de 26 años de búsqueda, Sara Méndez se reencontró con su hijo Simón Antonio Gatti Méndez. Las dictaduras argentina y uruguaya los habían separado en julio de 1976, cuando un grupo de tareas secuestró a la madre y se llevó al bebé, de veinte días de vida.

Mario Bravo anunció por radio que fue apropiado durante la última dictadura y se convirtió en el nieto 119

“Nunca pensé que iba a encontrar viva a mi mamá”

Su madre es de Tucumán y pudo sobrevivir al terrorismo de Estado. El creció en Santa Fe. Se comunicaron en los últimos días pero recién se encontrarán hoy. “Ella está rememorando momentos muy duros”, contó.

Por José Maggi - Desde Rosario

Mario Bravo se convirtió en el nieto 119 recuperado por Abuelas de Plaza de Mayo. Vive en la ciudad de Las Rosas, Santa Fe, y hoy será protagonista de un momento histórico ya que se reencontrará con su madre, que vive en Tucumán, y quien se cuenta entre las pocas detenidas que pudieron reencontrarse con sus hijos. “Desde el lunes pasado en que quedamos en conocernos, mi madre me dijo que cuenta los minutos que faltan para encontrarnos.” Parece lógico, hace 38 años que no se ven. Cuando nació, su madre sólo escuchó su llanto, y le confesó que nunca supo si había sido varón o nena. Recién en la última semana descorrió el velo de su propia historia a la que pudo rearmar con retazos, gracias a Abuelas, el Banco Nacional de Datos Genéticos y la Comisión Nacional por el Derecho a la Identidad (Conadi). Su madre es oriunda de Tucumán y Mario nació en cautiverio en esa provincia. “A mis dos hermanas, que son mayores, una la crió una vecina y la otra fue a un orfanato. Siete años después de salir de su encierro mi madre rehízo su vida, y tuvo otros cuatro hijos. Me dijo que cada vez que festejaba la Navidad y el año nuevo, siempre faltaba mi lugar. La verdad es que nunca pensé que iba a encontrar viva a mi mamá”, según le confesó ayer a una radio de su propio pueblo.

El joven de 38 años dio una entrevista a Renacer FM, de Las Rosas, ciudad donde vive. Allí reconoció haber “conversado en estos días con mi madre, que está rememorando momentos muy duros y me cuenta que recuperó la libertad después de dos años de cautiverio pero siempre amenazada para que mantenga silencio sobre lo ocurrido”. “Es terrible e impresionante a la vez, ella no sabía si yo era varón o mujer porque le pusieron una capucha y no me vio”, relató.

“Vengo hablando con mi madre, ella está rememorando todo. Según me contó estuvo dos años presa, detenida, en cautiverio y por un milagro quedó en libertad, pero amenazada. Tengo dos hermanas mayores, que estaban amenazadas y por eso ella no podía buscarme”, reveló Mario. La explicación no parece menor: “No hay que olvidar que en Tucumán tiene el agravante que siguió un represor en el gobierno como el general Antonio Bussi, es más en el año 1995 fue electo. Ese temor siguió hasta estos años, y hay que entender cómo somos en esta provincia, que es otra cosa. Pero allá se manejan otros códigos”, se sinceró el nieto recuperado.

“Entonces lo que pasó es que en 2007 mi madre comenzó su búsqueda en Abuelas. Me buscó, y lo primero que hizo fue dar su sangre en el Banco Nacional de Datos Genéticos, que depende de Conadi. Comenzó así una investigación larga, porque cuando llegas contás tu historia, la que vos sabés y ellos empiezan a atar cabos, y a partir de cómo atan cabos con lo que vos tenés, comienza todo”, contó.

“Yo ya venía hablando desde el mes de febrero con el Conadi y en agosto me llama la coordinadora general y tuve una reunión. Mi caso sonaba mucho por Tucumán, y entonces tengo una charla y me brindan datos. Así pasaron meses de pruebas y contrapruebas y finalmente dio la compatibilidad. Me llamaron hace 10 días y me informaron que debía presentarme para que me dieran el resultado.”

Sobre sus sensaciones en este momento indicó que “son emociones muy fuertes. Yo soy padre y no sé si aún tomo dimensión de todo esto que me está pasando. Mi madre biológica ya está en Buenos Aires y tiene una gran necesidad de verse conmigo. Los integrantes de Abuelas hacen una excelente contención”.

“Desde el lunes en que hablamos por primera vez ella cuenta los segundos que faltan para vernos”, contó con una marcada emoción y dijo que hoy, el día que se encontrará con su madre, será un día muy especial.

Las Abuelas de Plaza de Mayo eligieron la discreción para comunicar el hallazgo. El organismo de derechos humanos confirmó el hallazgo a través de un comunicado y prefirió mantener en reserva los detalles de esta historia, que es delicada y atípica. Parte de ella se conocerá hoy en la conferencia de prensa convocada en la sede de la institución. “Como ya ha trascendido en las redes sociales, felizmente otro hombre ha conocido la verdad sobre su origen y los invitamos a compartir la feliz noticia con nosotros”, expresaron en el escrito que se hizo público. Las Abuelas anunciaron hace menos de un mes el hallazgo de Martín Ogando Montesano, nieto de una de las fundadoras del organismo de derechos humanos, Delia Giovanola, que hasta ayer era el último joven víctima del terrorismo de Estado que había recuperado su identidad.

martes, 17 de noviembre de 2015

Comenzó el juicio por la apropiación de PABLO GERMAN ATHANASIU LASCHAN

Con la ausencia a flor de piel

El ex agente de inteligencia de la Policía Federal de Rosario Enrique López, su mujer, Carmen Saunier, y el comisario Juan Dib comenzaron a ser juzgados por la apropiación del hijo de Angel Athanasiu y Frida Laschan, quien se suicidó hace menos de un año.

  Por Ailín Bullentini

En junio de 1976, el ex agente de inteligencia de la Policía Federal de Rosario Enrique López inscribió como hijo propio a Pablo Germán Athanasiu Laschan. Lo nombró Carlos López en un trámite para el que presentó un certificado de nacimiento que aseguraba, falsamente, que su concubina, Carmen Saunier, había parido al niño. Según la fiscalía y Abuelas de Plaza de Mayo, López y Saunier recibieron en la sede rosarina de la Federal, de manos del entonces comisario Juan Dib, a ese bebé que había sido secuestrado meses antes junto a sus verdaderos padres, militantes del PRT-ERP que permanecen desaparecidos. Ayer, el Tribunal Oral en lo Criminal Federal número 5 de la ciudad de Buenos Aires comenzó el debate oral en el que se determinarán las responsabilidades penales por la sustracción y la apropiación de Athanasiu Laschan quien conoció su verdadera identidad hace dos años y se suicidó hace poco menos de uno; la alteración de su estado civil y la falsificación de documentos que acreditaban quién era. El caso, para Pablo Parenti, titular de la unidad fiscal especializada en apropiación de niños durante la última dictadura y representante del Ministerio Público en el debate junto a Miguel Osorio, “claramente exhibe el vínculo estrecho entre el terrorismo de estado y el robo de bebés durante la última dictadura: los acusados de entregar y de apropiarse de Pablo Athanasiu Laschan eran partícipes activos de la estructura represiva del Estado”. López y Dib se negaron a declarar. Por un “contratiempo doméstico”, Saunier no participó de la audiencia, aunque deberá acudir a la siguiente, que se llevará a cabo el viernes próximo.

Los jueces Adriana Palliotti, Oscar Hergott y Daniel Obligado inauguraron el juicio con la lectura de las acusaciones en contra de los imputados López y Dib. El viernes, el tribunal deberá definir sobre el pedido de suspensión del juicio en contra de Saunier que realizó su defensa. La apropiadora de Pablo Athanasiu Laschan sufrió un ACV meses atrás, aunque los peritos consideraron que está en condiciones “tanto físicas como psíquicas” de participar del juicio.

López y Dib sí estuvieron presentes ayer, aunque se negaron a declarar. El tribunal ordenó la lectura de lo expresado por Dib durante la instrucción, cuando negó todo vínculo con los delitos por los que se lo acusa. De López no hay declaración alguna, ya que siempre prefirió el silencio.

La querella de Abuelas de Plaza de Mayo responsabilizó a la pareja de criar a Pablo Germán Athanasiu Laschan “en un ambiente falso, de imponerle lazos familiares falsos en el marco de una realidad falsa; de alterar su identidad con nombres y apellidos extraños”. “Sus familias realizaron constantes reclamos a las autoridades argentinas, sin éxito. Pero jamás prestaron confianza a López y Saunier” para que ellos lo inscribieran como hijo propio, sostuvo Iud en el requerimiento de elevación a juicio.

Angel Athanasiu y Frida Laschan, los padres, eran militantes chilenos del Movimiento de Izquierda Revolucionaria cuando la dictadura pinochetista los obligó a escapar hacia Argentina, en 1974. Frida le contó a su papá, a principios de 1975, que estaba embarazada. Pablo nació en octubre de ese año. En abril de 1976 los tres fueron secuestrados y llevados, se cree, al centro clandestino Automotores Orletti. Angel y Frida permanecen desaparecidos y, mientras pudieron, sus familias biológicas nunca dejaron de buscarlos. En 1982, Abuelas de Plaza de Mayo radicó la denuncia por la apropiación de Pablo en el juzgado de María Servini de Cubría, que luego fue ratificada por su abuelo materno. Pasaron tres décadas; los abuelos maternos y paternos de Pablo fallecieron en el camino, sin poder conocerlo. La causa judicial avanzó cuando el joven buscado se convirtió en el nieto número 109 identificado por Abuelas de Plaza de Mayo. Pablo se suicidó en abril pasado.

No es el único delito de lesa humanidad por el que López está siendo investigado. De hecho, llegó al juicio oral que comenzó ayer detenido en Marcos Paz. Dib, por su parte, también está sospechado de haber participado en secuestros y torturas en Rosario. En cuanto a él, las partes acusadoras también coinciden en señalarlo como el “entregador” del hijo de Angel y Frida, por lo que le endilgan la participación necesaria en su retención, ocultamiento y alteración de su estado civil. Cuando el hecho bajo análisis sucedió, Dib era comisario de la delegación rosarina de la Policía Federal y López, agente de inteligencia de esa fuerza, estaba a su cargo, aseguraron tanto la fiscalía cuando la querella en sus respectivos requerimientos.

domingo, 8 de noviembre de 2015

Mi querida Clara Anahí te sigo buscando


Mi querida Clara Anahí te sigo buscando. 

Los nietos que han sido entregados a otras familias, al igual que vos, siguen apareciendo porque cada uno dentro suyo algo les dice que su verdadera identidad es otra. 

Ya han transcurrido 39 años desde la última vez que nos vimos, tenías tan solo 3 meses y eras una beba hermosa. 

Hoy sos una mujer hermosa y así es como continuo buscándote. 

A las dos nos esta costando encontrarnos pero siento que nos falta muy poco. 

Tienes a una abuela, tíos y primos que te esperamos... 

Espero que te llegue este mensaje mi amor.


viernes, 6 de noviembre de 2015

Mientras buscábamos a Martín, perdimos a Virginia.

Ayer 5 de Noviembre se conoció la noticia de la aparición de Martín Ogando, hijo de Stella Maris Montesano y Jorge Oscar Ogando.
Al enterarnos de este acontecimiento nos invadió una mezcla de sensaciones, que van desde la satisfacción a la pena y la tristeza.
Porque Martín además de ser nieto de Delia Giovanola de Califano, una de las doce fundadoras de la Asociación Abuelas de Plaza de Mayo, es hermano de Virginia Ogando.

Virginia comenzó a militar en HIJOS La Plata en 2005, en la comisión de HERMANOS, espacio que eligió para buscar incansablemente a Martín. Fue ese mismo año que viajamos con ella a Pinamar rastreando un dato que le llegó sobre un chico que podría ser su hermano.
Compartimos con ella asambleas, cumpleaños, asados. Cada paso que Virginia daba tenía un fin: la búsqueda de su hermano. Fuimos también partícipes de la desilusión que le producía cada análisis de ADN que daba resultado negativo, y tratábamos de acompañarla en su dolor.
En agosto de 2011 Virginia se suicidó en Mar del Plata. Su fallecimiento nos generó una impotencia infinita, y nos dejó un vacío inconmensurable.
Al leer en el comunicado emitido por Abuelas, que entre 2006 y 2008, se recibieron tres denuncias anónimas, por teléfono y por mail, en las que se planteaba que quien hoy sabemos es el nieto de Delia y el hermano de Virginia, había sido inscripto como hijo propio de quienes decían ser sus padres, nos llenamos de preguntas, tales como:
¿Por qué se hizo caso omiso a esas denuncias que hacía más de ocho años habían sido recibidas en la Asociación Abuelas? ¿Si se hubiesen investigado a tiempo, hoy Virginia estaría dándole ese anhelado abrazo a Martín?
¿Por qué el Ministro de Ciencia y Tecnología Lino Barañao se empeña es desguazar y trasladar el Banco Nacional de Datos Genéticos, que funciona en el Hospital Durand, en óptimas condiciones desde 1987, siendo que es este la herramienta que se ha encargado de restituirle la identidad a 118 jóvenes?
Seguimos sosteniendo que la restitución de la identidad de las personas apropiadas durante la dictadura es una obligación del Estado, no un patrimonio de un organismo de DD.HH.

Por otro lado, vemos con preocupación la situación del predio del ex Centro Clandestino de Detención "Pozo de Banfield”, donde nació Martín Ogando, frente a una serie de actividades y anuncios oficiales respecto a la inminente utilización del lugar como un “Espacio de Memoria”. A nuestro entender, la medida de no innovar, ordenada por el juez Corazza en 2006, continúa vigente, porque continúa en curso la investigación sobre los crímenes aún impunes cometidos en ese lugar, por lo tanto el lugar debe ser debidamente preservado hasta que se hayan concluido las investigaciones judiciales.
Ninguno de los sectores kirchneristas que se disputan el predio, realizaron aportes sustanciales para el avance de la causa N° 26 por los crímenes en el Pozo de Banfield. Ese expediente tuvo un tortuoso derrotero. El primer tramo fue elevado a juicio oral en abril de 2012, con una pobre instrucción en la que Corazza sólo imputó a 7 represores por 134 casos. En un segundo tramo el juez procesó a 15 represores más, pero les otorgó automáticamente la prisión domiciliaria.
Estamos convencidos que la muerte de Virginia es consecuencia del secuestro de sus viejos, la apropiación de su hermano y las marcas que a largo plazo deja el Terrorismo de Estado. Y que la responsabilidad es de un Estado ausente que tardó demasiado en hacer lo que debería haberse hecho hace mucho.
Quienes la conocimos, hoy queremos recordar más que nunca a Virginia, emocionados al releer las palabras que le escribía en una de sus tantas cartas llenas de amor a su hermano:
“Y, por esas cosas que tiene la magia del pensamiento, al ver tanta y tanta gente festejando, me vi y nos vi, cantando entre esa multitud, y sentí que estaba junto a vos alegre y feliz y que, como consecuencia de tanta memoria acumulada, aquel naufragio se había transformado en dulce reencuentro.”

¡Bienvenido Martín!
¡Delia te abrazamos bien fuerte!
¡Hasta siempre querida compañera Virginia!!
¡30.000 detenidos-desaparecidos PRESENTES!

lunes, 2 de noviembre de 2015

La historia del Instituto de Menores Mercedes Lasala y Riglos

Un sitio en el que se recuperó la memoria

Por ese instituto de Moreno pasaron hijos de desaparecidos, cuyas historias fueron recuperadas por jóvenes de una escuela de la zona. En su lugar funciona ahora una universidad pública y comenzó a ser señalizado con inscripciones artísticas sobre su pasado.

 Por Alejandra Dandan

El Instituto de Menores Mercedes de Lasala y Riglos fue un lugar de leyendas tenebrosas entre los vecinos de Moreno. Sus pabellones de varios pisos de altura, construidos en peine con patios internos, alojaron hasta 600 niños al mismo tiempo mientras estuvo abierto, entre 1940 y el año 2000. Las leyendas de la zona lo señalaban como un espacio por el que habían pasado hijos e hijas de los desaparecidos de la dictadura. Jóvenes de la escuela pública 35 de Moreno y de la Asociación Civil Moreno por la Memoria comenzaron a investigar esta historia hace unos años, en un camino en el que se fueron encontrando testimonios de algunos de aquellos niños, hoy adultos, secuestrados por el sistema tutelar represivo y encontrados casi al azar por las familias. El Riglos que hoy es sede de una universidad pública de Moreno comenzó a ser señalizado con inscripciones artísticas sobre ese pasado. A esta primera intervención se sumarán las marcaciones con pilares de la Secretaria de Derechos Humanos de Nación.

Andrea Herrera es profesora de historia y coordinadora del grupo de jóvenes investigadores. “El Riglos siempre fue en nuestra zona una suerte de mito urbano –dice–. Siempre se decía que por ese lugar habían pasado además de los miles de chicos que existieron, hijos e hijas de detenidos desaparecidos. Este era el mito. Alrededor había una suerte de monte, donde no se podía ir, sólo iban a veces los varones, a jugar con cascotes, pero siempre era como un lugar donde no te podías acercar. Estaban los peines. Los patios. Unas cinco alas con cuatro patios y unos 600 chicos a la vez. Cuando empezamos a trabajar con esto y a conocer todo te da escalofríos porque además de estos casos, pensás que millones de chicos pudieron haber pasado por ese lugar.”

Camilo Ríos volvió al Riglos por primera vez hace muy poco convocado por estos jóvenes. El es hijo de Carlos Ríos y Juana Armelín, militantes del PCML, secuestrados entre febrero y mayo de 1978 y trasladados al circuito ABO. Camilo tenía 5 años y su hermana Pía tenía 3. El día del secuestro de su madre, a Camilo y a Pía los llevaron a una comisaría y más tarde los derivaron al orfanato. Camilo recorrió lo que ahora es la universidad. “El hogar era un lugar con pasillos largos, yo lo tenía en la memoria”, dice. “Tengo grabado a fuego esos pasillos. Ahora los vi. También reconocí la cocina. Ahora son tres departamentos, pero están los mismos azulejos donde comíamos con los chicos. Después, entre el segundo y tercer piso, estaban las habitaciones. Ahora hay divisiones de Durlock, pero si las sacás, te das cuenta de que eran las mismas habitaciones. Había seis o siete camas de un lado y siete camas del otro. Pero hay ahí un dato. En el orfanato estaba prohibido estar nenes y nenas, pero yo estaba con mi hermana, quiere decir que nosotros estábamos bajo un resguardo del Ejército para tenernos así.” Para Camilo el lugar era un edificio cerrado porque “nunca mirábamos afuera. A pesar de eso, recuerdo jugar en el patio, entre diente y diente, porque eran juegos fuertes. A veces había que jugar y a veces no sé cómo decir, había como que marcar territorio”.

Hoy se sabe que por el Riglos también pasaron Sebastián y Nicolás Koncurat Urondo, los nietos de Paco Urondo, que quedaron en un jardín de infantes, a la deriva, cuando el Grupo de Tareas de la ESMA cercó a sus padres, Mario “El Jote” Koncurat y Claudia Josefina Urondo. “Quisiera tener más recuerdos de esa época pero no los tengo”, dijo Sebastián en su declaración en el juicio de la ESMA. “Lo que me contaron es que mi hermano estaba bastante enfermo y en el hogar lo sedaban para que no llorara. De eso se dio cuenta mi abuelo, que era médico. Yo no hablaba. Reconocía a mi abuela materna, a mi tío Javier Urondo, pero no reconocía a mis abuelos paternos, porque no tenía mucha relación con ellos. Eran nuevos en mi vida. Esa transición horrible fue difícil, la fuimos armando.”

También se sabe que por el Riglos pasó Yamila Zavala Rodríguez, hija de Olga Irma Cañueto y de Miguel Domingo Zavala Rodríguez, diputado del PJ electo en 1973. El 22 de diciembre de 1976 vivían en un departamento de Lambaré y Corrientes, en Almagro. Faltaban tres días para la Navidad, dice Yamila en un escrito. “Ese día mamá, mi hermana que en ese entonces tenía 2 años y yo casi de 4, íbamos caminando a nuestra casa después de haber comprado gaseosas para las fiestas.” En ese momento paró un auto. Miguel se puso en el medio para protegerlas cuando las vio y lo mataron. A Olga la metieron en un auto. Las dos hermanas se sentaron en el escalón de una puerta. “No puedo expresar lo que sentí en ese momento, pero sabiendo lo que vimos con mi hermana, que maten a nuestro papá delante de nosotras y que se lleven a nuestra mamá con tanta violencia quedándonos solas en el lugar, sin que los secuestradores tengan piedad de semejante crueldad, me conmueve todos los días de mi vida y no puede creer que eso lo viví.” Yamila estuvo tres meses. El grupo de jóvenes también encontró el paso de la hija de una pareja del PRT-ERP secuestrados el 29 de marzo desde una quinta, cinco días después del golpe.

“Tengo recuerdos de la cocina, en particular”, continúa ahora Camilo. “Eran mesas redondas de cinco chicos. Y una señora con guardapolvo celeste pasaba y nos servía la leche. Nosotros tardábamos o nos distraíamos y a la leche se le hacía la nata. Me acuerdo un día, que dos o tres nos mirábamos, así como diciendo ¿qué hacemos con esto? Uno, que era un bardo, y me lo acuerdo porque estaba contra los azulejos, dijo algo, y hace como un doble en la boca y se la traga. Nosotros lo miramos. Dijimos: ¡ah, esto se hace! Y todos hicimos lo mismo. Para mí fue impactante. Eso que parecía medio feo, que te da como asco, el pibe rompió todos los códigos del asco, se la bancó y se la tragó. Un código de cinco años. Era como empezar a saber qué hacer con esto, y ese gesto era una cosa bien simbólica en el orfanato.”

Otro de los recuerdos “no tan metafórico”, dice, aparece el cuarto. “El tema era que nos teníamos que vestir y yo tenía como una presión porque tenía que ponerle los cordones a mi hermana pero no le podía poner las zapatillas. Me puse muy nervioso. Un chico del lado o de enfrente de donde dormíamos, me llama. Hablamos. Me dice no sé qué, cómo te llamas y qué te pasa. Le digo que no sé qué hacer con esa zapatilla, que no me sale ponerle los cordones. ‘¡Vení que yo te ayudo!’, me dijo él. ‘Vos tenés que tranquilizarte, me dijo, porque a vos te van a venir a buscar’.”

Durante el juicio ESMA III, la fiscalía probó el vínculo del Riglos con el GT. “Los institutos de menores no fueron centros clandestinos de detención fueron espacios públicos que facilitaron el ocultamiento de los menores”, señala la fiscal del juicio Mercedes Soiza Reilly.

“Permitieron la continuidad de la privación, en la medida en que las Fuerzas Armadas de un gobierno que subvirtió el orden constitucional, fueron las que autorizaron la entrega de niños a quienes previamente les habían asesinado a sus progenitores. Ilegal por donde se lo analice.”

viernes, 31 de julio de 2015

"Chicha" Mariani publicó fotos de los padres de su nieta apropiada

Mirá las fotos.

La Abuela de Plaza de Mayo María Isabel Chorobik de Mariani, más conocida como "Chicha", publicó en su Facebook cuatro fotos de su hijo y su nuera para que su nieta Clara Anahí, apropiada a los 3 meses de vida durante la última dictadura militar y a quien busca desde hace 39 años, las vea, se reconozca en la fisonomía de sus padres, y puedan reencontrarse.

"Mi querida Clara Anahí, ellos son tus padres Diana Teruggi y Daniel Mariani", explica "Chicha" junto a la publicación de cuatro fotos en blanco y negro donde se ve a su hijo y a su nuera.

Dos de las fotos muestran a la pareja, sonrientes, en una reunión familiar y en una jornada de pesca; la tercer foto es un primer plano de Daniel Maniani y la cuarta un primer plano de Diana Teruggi.

La Abuela de Plaza de Mayo desde hace más de un año usa su muro de Facebook para tratar de localizar a su nieta apropiada por los represores en noviembre de 1976, luego de un operativo de fuerzas conjuntas en la vivienda que habitaba el matrimonio en La Plata donde resultó asesinada Diana Teruggi y cuatro militantes más.

"Vos naciste en la ciudad de La Plata el 12 de agosto de 1976. A los 3 meses, el 24 de noviembre, las fuerzas armadas te sacaron de tu casa y fuiste entregada a otra familia", cuenta esta "ciber-abuela" de 91 años.

Le ruega "por favor, revisa tus fotos y compáralas. Búscate de cuando eras una beba, alguna foto debes tener, y mirá si te encontrás parecida con las que están puestas en mensajes anteriores".

"Mientras tanto te sigo buscando mi amor...mi Clarita", finaliza "Chicha".

El 24 de noviembre de 1976 fuerzas militares y policiales atacaron la vivienda de Diana Teruggi y Daniel Mariani, ubicada en las calles 30 entre 55 y 56 de La Plata.

En el lugar fueron asesinados Diana Teruggi y cuatro compañeros de militancia: Juan Carlos Peiris, Daniel Mendiburu Elicabe, Roberto Porfirio y Alberto Bossio.

Diana fue acribillada por la espalda y cayó cubriendo con su cuerpo a su pequeña hija Clara Anahí, que fue secuestrada por los represores y hasta el momento no pudo ser recuperada. Daniel Mariani no estaba en la propiedad al momento del ataque, pero fue asesinado en agosto de 1977.

En la casa, declarada Sitio de Memoria del Terrorismo de Estado, funcionaba una imprenta que publicaba la revista "Evita Montonera", donde se denunciaron por primera vez las desapariciones de personas, los "vuelos de la muerte" y la existencia de centros clandestinos de detención.

La propiedad exhibe hoy en su frente varios orificios de bala que impactaron durante el ataque de las fuerzas conjuntas de la dictadura y un enorme boquete provocado por un proyectil de tanqueta que atravesó esa pared y otra del interior, revelando la saña empleada por los represores.

domingo, 19 de julio de 2015

Presentación para que avancen causas contra medios y civiles cómplices del genocidio

El 15 de julio,  personalidades de los derechos humanos se presentaron en los tribunales de Comodoro Py para reclamar por el avance de la causa contra los directivos de la exeditorial Atlántida y los civiles que fueron parte del genocidio.

En esta oportunidad, acompañaron el reclamo de Alejandrina Barry es hija de desaparecidos e integrante del Centro de Profesionales por los Derechos Humanos (CeProDH) quien lleva adelante una querella contra los directivos de la exeditorial Atlántida por haber realizado un operativo de prensa en común con los militares de la Marina, cuando sólo tenía 3 años y sus padres acababan de ser asesinados por fuerzas conjuntas de Argentina y Uruguay.


Alejandrina Barry estuvo acompañada hoy en Tribunales por Graciela Rosenblum, de la Liga Argentina por los Derechos del Hombre; Patricia Walsh; Enrique Fukman, de la Asociación de Exdetenidos Desaparecidos; Miguel Bonasso; Pablo Pimentel de la APDH Matanza; María del Carmen Verdú de CORREPI, Eduardo Soares de la Asociación Gremial de Abogados, además de los abogados del CeProDH, Luis Bonomi y Paolo Zaniratto.


También acompañaron la presentación judicial la Madre de Plaza de Mayo Elia Espen y delegados del nuevo sindicato de prensa SiPreBA como Raúl Ferrari, delegado de Telam, Tomás Eliaschev delegado de la Revista 23, Agustín Lecchi, delegado de la TV Pública, entre otros periodistas e integrantes de organismos de derechos humanos, quienes se presentaron como Amicus Curiae, una figura legal que permite a organizaciones e individuos con interés especial en la causa, constituirse ante el juez “en virtud de que la demora en el avance de la investigación implica una nueva forma de impunidad para los perpetradores de los crímenes denunciados”.

El Amicus Curiae recayó en el Juzgado 12 de juez federal Torres, quien deberá dar respuesta a lo solicitado para el avance de la causa contra los civiles implicados.

Al respecto, Alejandrina Barry señalo: “Esta presentación de hoy es para darle mayor fuerza a la pelea por juicio y castigo a todos los responsables civiles del genocidio. Hace muchos años que vengo peleando por encarcelar a los asesinos de mis viejos, a los que me secuestraron a mí y a los civiles que me utilizaron para justificar los más atroces crímenes de lesa humanidad. A pesar de todas las pruebas ofrecidas y los testimonios de decenas de testigos prosigue la impunidad. En mi causa se ha dictado falta de mérito a uno de los editores responsables de Para Ti, Agustín Botinelli y el resto de la causa continúa paralizada". Y agregó: “Con la presentación que hicimos hoy queremos decir también que no vamos a aceptar que permanezca la impunidad a los civiles que fueron quienes idearon y sostuvieron el plan genocida”, en referencia a una serie de fallos a favor de empresarios como Blaquier.

Contactos:

Alejandrina Barry: 115834 2351

martes, 14 de julio de 2015

Bebé chileno robado en dictadura se reencuentra con su madre biológica 41 años después

Una joven madre, de entonces 19 años, dio a luz un bebé que fue dado por muerto en el Hospital Van Buren en noviembre de 1973. Hoy, 41 años después, Travis Tolliver se reunió con su madre biológica. Esta es su emocionante historia.

Travis Tolliver habría sido uno de los denominados “niños del silencio”, bebés que eran robados que pertenecen al denominado caso del sacerdote Gerardo Joannon -quien actuó como intermediario secreto entre las familias acomodadas de Chile-, dados por muertos y entregados en adopción ilegalmente. Recientemente logró encontrar a su madre biológica, Nelly Reyes, de quien nació en el recinto hospitalario de Valparaíso y donde no le ningún certificado de defunción.

El bebé recién nacido terminó viviendo a miles de kilómetros de allí; creció en Tacoma, Washington (Estados Unidos), con una pareja que no tenía idea de que su madre biológica lloraba y trataba desesperadamente de encontrar a su hijo.

Tolliver dice que siempre supo que era adoptado. Lo que el supervisor de un centro de distribución de importaciones de 41 años no sabía es que lo habían robado cuando era bebé en su natal Chile, unas horas después de haber nacido.

Espera que saber la verdad sobre su pasado le permita superar un trauma psicológico que ha sufrido desde que tiene memoria. Dice que tiene “problemas de abandono”.

“Ya saben, no me habían entregado voluntariamente como lo creí durante todos estos años, así que eso hace que mi corazón se sienta maravillosamente, pero se trata de reconciliarse con eso. Todo esto me parece irreal”, dijo Tolliver.

Según reveló la investigación periodística emitida en CNN en Español, Nelly Reyes, la madre de Travis, había tenido un embarazo normal cuando tenía 19 años y que terminó a las 16:00 del 15 de noviembre de 1973. Sin embargo, “más tarde me dijeron que había muerto” producto de un trastorno cardíaco, pero nunca le mostraron el cadáver ni le dieron un certificado de defunción.

Travis y Nelly se conocieron finalmente, después de 40 años, y ahora investigan junto al Sename qué pasó en realidad. “Lo abrazaré todos los días. Lo amo tanto”, dijo la madre que no habla inglés y su hijo, tampoco español.

Los sentimientos que afloraron en ese abrazo en el aeropuerto fueron la culminación de cuatro décadas de tribulación, de mentiras, de engaños, de delitos y de una injusticia que separó a una madre de su hijo al nacer.

Él, en tanto, contó que siempre pensó que había sido abandonado porque eso le dijeron sus papás, y eso le produjo un trauma que ahora debe superar con más fuerza.

Tolliver lloraba de alegría. “No sé cómo me siento. ¡Es una locura! No pensé que esto podría pasar. Ya saben, no me habían entregado voluntariamente como lo creí durante todos estos años, así que eso hace que mi corazón se sienta maravillosamente, pero se trata de reconciliarse con eso. Todo esto me parece irreal”, dijo.

Su madre, Nelly Reyes, de 61 años, apenas podía hablar. “Lo abrazaré todos los días. Lo amo tanto”, dijo. Reyes, ha cocinado para él todos los días y se afana por hacerlo sentir bienvenido. Él no habla español y ella no habla inglés.

Pero más que nada, ella le ha estado demostrando su amor; le da a su hijo los abrazos y los besos que no pudo darle en todos los años que han pasado.

https://www.youtube.com/watch?t=163&v=pGYoF4f4hIs

jueves, 2 de julio de 2015

Los socios de Torrealday y un tal López, las pistas detrás del mellizo

El médico paranaense Miguel Alberto Torrealday quedó procesado por robo de bebés durante la dictadura. Pero la Cámara Federal de Apelaciones se permitió además sugerir dos medidas concretas: investigar la responsabilidad de los otros socios del Instituto Privado de Pediatría e indagar respecto de por qué los mellizos de Raquel Negro y Tulio Valenzuela fueron inscriptos con el apellido López.
paginajudicial.com  -  Juan Cruz Varela  -  De la Redacción de Página Judicial

Es un hecho probado que los mellizos de Raquel Negro y Tulio Valenzuela nacieron en el Hospital Militar de Paraná, en los primeros días de marzo de 1978, como también lo es que luego fueron internados en el Instituto Privado de Pediatría (IPP).

El médico Miguel Alberto Torrealday, uno de los socios del IPP, fue procesado por la Cámara Federal de Apelaciones por permitir el ingreso y permanencia de los mellizos en la sala de neonatología de la clínica privada, donde estuvieron internados con nombre falso (Soledad López) la niña y sin nombre (NN López) el varón; les dio el alta, autorizó su egreso administrativo y su entrega a personas que no eran familiares ni ostentaban ningún poder legal sobre ellos, todo ello sin dar aviso a un Juzgado de Menores. Hasta ahí lo que ya se sabe.

“Estos niños, como todo bebé, estaban en condición extrema de vulnerabilidad, y si bien cualquier paciente es vulnerable, un bebé que no puede siquiera pedir auxilio constituye el ser más vulnerable sobre la faz de la tierra. Si a eso le sumamos el grave estado de vulnerabilidad de ambos padres, secuestrados y separados entre sí, y el eventual estado de salud de Raquel Negro después del parto, la vulnerabilidad de los menores era absoluta”, señala el fallo de la Cámara Federal de Apelaciones.

El tribunal integrado por Daniel Alonso, Mateo Busaniche y Cintia Gómez agrega más adelante que “los responsables de las instituciones sanitarias, sean estas públicas o privadas, son los garantes de esos seres humanos indefensos y lo mínimo que se espera de ellos es que actúen los controles indispensables para evitar hechos como el que se encuentra investigado en autos” para luego agregar que “cualquier institución o médico que recibiera dos menores debía extremar los recaudos en relación a quien los traía o retiraba y su legitimación para cualquiera de estas acciones”.

Y aquí surge una primera aproximación a las sugerencias que se permite hacer el tribunal: Torrealday asegura que no era jefe de neonatología, que en el IPP no había una relación jerárquica ni distribución de tareas entre los socios. “En el caso no adquiere relevancia la determinación acerca de quién era el jefe o el administrador del IPP, pues considero que Torrealday no solo debería responder en la presente causa por la suerte de los mellizos, (sino) que habría que ampliar el círculo de intervinientes, máxime ante la indeterminación de funciones a la que se aduce”, expresa Alonso en su voto.

Lo que propone es que se investigue la responsabilidad de los otros socios, David Vainstub y Jorge Rossi –Ángel Schroeder está fallecido–, en la sustracción y sustitución de identidad de los mellizos de Raquel Negro y Tulio Valenzuela.

Más claramente lo expresa más adelante Busaniche: “Corresponde poner de resalto la posible intervención de otros sujetos en el hecho investigado, especialmente de quienes revestían la misma calidad de socio en dicha entidad al momento de los hechos, respecto de lo cual habrá de encomendarse al magistrado actuante a que considere una posible ampliación subjetiva de responsabilidad en relación a dichos sujetos”. Por si quedaban dudas, vuelve a referirse a Vainstub, Rossi y Schroeder.

Volver al punto de partida

El paso de los mellizos por el IPP quedó registrado en el libro de producción, donde se asentaban los ingresos y egresos de pacientes y el origen en los casos de aquellos que llegaban derivados de otros centros asistenciales. Allí consta el ingreso de la nena como “López, Soledad”, el 4 de marzo, y el varón como “López, NN”, el 10 de marzo, ambos procedentes del Hospital Militar, y su egreso, el 27 de marzo.

Nunca se pudo determinar quién fue el médico tratante, ni quién trasladó a los mellizos desde el Hospital Militar. “Es muy probable que quien los introdujo sea la misma persona que los retiró”, dijo Torrealday en su indagatoria. Esos datos, sugirió, deberían constar en las historias clínicas, pero “las historias clínicas se destruyeron luego de una ampliación que se hizo en 1980… estaban en un depósito que se inundó”, repitió el médico en su declaración ante el juez Leandro Ríos.

El fallo de la Cámara Federal de Apelaciones retoma esos puntos para tratar de avanzar en la localización y restitución de identidad del mellizo varón.

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En primer lugar, el camarista Alonso advierte que “no puede resultar de recibo aquello de la pérdida de los registros a raíz de la inundación del sótano de la institución” y destaca que “el libro de producción demuestra que era posible almacenar datos suficientes para responder a ulteriores ideales”; y, en segundo lugar, plantea que más allá de que el IPP fuera una institución abierta, como dice Torrealday, “lo mínimo que debía establecerse es la identidad del médico tratante porque a partir de él podría reconstruirse toda la secuencia y deslindar la responsabilidad del IPP y sus responsables”.

Alonso se pregunta de dónde surge el apellido López con el que fueron registrados los mellizos y ensaya una hipótesis: “No debe desecharse la escasa información disponible, tal el nombre supuesto de Sabrina, esto es ‘Soledad’ y el apellido atribuido a ambos menores, tal es ‘López’. Considero que tal información reviste relevancia porque en el mejor de los casos la profundización del punto puede llevarnos a la persona que llevó y luego retiró a los mellizos. Al respecto, debe presumirse prima facie que al ingreso se requirió a la persona que trasladó a los niños, alguna identificación. Si ello es así, la persona que ingresó y retiró a los menores sería de apellido ‘López’, pues al habérsele requerido alguna identificación lo habría hecho con un documento en que conste tal apellido”.

Luego deja planteada la posibilidad de que en la nómina de personal del Hospital Militar de Paraná, en 1978, hubiera algún médico, médica, enfermero o enfermera de apellido López; o que alguno de los conductores de ambulancia fuera de apellido López; y que eventualmente algún familiar directo de esta persona se llamara Soledad.

Según pudo saber Página Judicial, no había en 1978 nadie que llevara ese apellido en la nómina del personal médico del Hospital Militar de Paraná; aunque sí un enfermero general que se desempeñó en 1976, que ostentaba en ese tiempo el grado de suboficial mayor, que estuvo en actividad hasta fines de 1985 y que hoy tendría 80 años. Su nombre aparece en un listado que las autoridades del nosocomio castrense entregaron a la Justicia Federal previo al juicio contra la patota del Destacamento de Inteligencia 121 de Rosario. Sin embargo, el enfermero no llegó a declarar porque no fue localizado.

lunes, 22 de junio de 2015

Condor y Robos de Bebes: Uruguay: Suprema Corte concedió extradición de Gavazzo, Arab y Soca a Argentina

POR EL CASO DEL NIÑO SIMÓN RIQUELO

El máximo organismo judicial uruguayo rechazó un recurso presentado por la defensa de los militares y confirmó los fallos de primera y segunda instancia.

Los militares José "Nino" Gavazzo, Ricardo Arab y Ernesto Soca serán extraditados a Argentina por el secuestro en 1976, ocurrido en Buenos Aires, del niño Simón Riquelo, hijo de la militante del PVP, Sara Méndez, de acuerdo a un fallo de la Suprema Corte de Justicia (SCJ).

El máximo organismo judicial uruguayo rechazó el recurso presentado por la defensa de los tres militares y ratificó los fallos en primera y segunda instancia.

La SCJ entendió que "la solicitud de extradición cumple con todos los requisitos formales exigidos por el Tratado de Extradición entre la República Oriental del Uruguay y la República Argentina", según el fallo al que accedió Caras y Caretas Portal.

En este expediente también se resolvió la extradición del coronel (r) Luis Maurente, cuya defensa apeló la extradición en forma extemporánea.
Caso Simón.

Sara Méndez, militante del PVP que residía en forma clandestina en Buenos Aires, tuvo a su hijo en la capital argentina en 1976.

Tras ser detenida en el marco de un operativo realizado por militares de ambos países, el pequeño le fue retirado a su madre y dado en adopción ilegal a un policía argentino.

Méndez fue separada de su hijo cuando éste tenía 21 días de nacido, el 13 de julio de 1976. Ese día, un grupo de militares al mando de Gavazzo irrumpió en su casa y así se llevaron al niño.

La mujer fue trasladada al centro de detención clandestina conocido como Automotores Orletti. Méndez, luego de una investigación que realizaron el senador frenteamplista Rafael Michelini y el periodista Roger Rodríguez, recién recuperó contacto con su hijo en marzo de 2002.

El nombre de Simón Riquelo fue inventado por Méndez cuando tuvo que internarse para dar a luz al pequeño. Simón Riquelo, cuyo verdadero nombre es Aníbal Simón Méndez, en una entrevista publicada a fines de 2012 por La Diaria, dijo que fue "rarísmo" conocer a su madre biológica a los 26 años de edad pero resaltó que tiene una muy buena relación con ella y también muchas cosas en común.

miércoles, 10 de junio de 2015

Condenan a tres apropiadores

El cirujano Juan Carlos Lavia y su esposa Serafina Marchese recibieron ocho y seis años de prisión por la apropiación de Florencio Laura Reinhold Silver. Pena de cinco años para el médico que firmó la partida de nacimiento.

Tras un breve juicio oral, el Tribunal Oral Federal 5 condenó ayer al mediodía a los apropiadores de la nieta restituida Florencia Laura Reinhold Silver, así como al médico que firmó su partida de nacimiento falsa.
Minutos después de las 12 los jueces Oscar Alberto Hergott, Adriana Palliotti y Daniel Horacio Obligado dieron a conocer la sentencia en la que encontraron culpable al médico cirujano Juan Carlos Lavia y a su esposa Serafina Marchese por la apropiación de la joven. Para Lavia, la pena fue de ocho años de prisión, mientras que Marchese recibió seis años y medio como coautores de los delitos de retención y ocultamiento de Florencia, así como la supresión de su identidad.

También condenó  a cinco años de cárcel al médico Francisco De Luca por haber firmado la partida de nacimiento falsa donde la joven fue anotada como hija biológica del matrimonio Lavia Marchese.
Las penas fueron levemente menores a las pedidas por la querella de Abuelas de Plaza de Mayo y la fiscalía, representada en este debate por Miguel Palazzani y el titular a la Unidad de Apropiaciones, Pablo Parenti.
Las dos partes acusadoras habían reclamado diez años de prisión para Lavia y ocho para su esposa, mientras que para el médico el pedido fue de seis años y medio por parte de la querella y de siete por la fiscalía.

En el fallo, los jueces declararon los hechos como crímenes de lesa humanidad e imprescriptibles y rechazaron el pedido de la querella de Abuelas de inhabilitar a Lavia a ejercer la medicina por el tiempo que dure su condena.

Durante el juicio oral, que se extendió durante menos de un mes, los testimonios recorrieron la historia de Florencia Laura y de sus padres, Susana Siver, quien permanece desaparecida, y Marcelo Reinhold, asesinados en la última dictadura.

La pareja, que militaba en Montoneros, fue secuestrada en agosto de 1977 por miembros del Servicio de Inteligencia Naval y llevada al centro clandestino de detención que funcionó en la ESMA.
En ese momento, Susana estaba embarazada de cuatro meses y fue alojada en lo que se conoció como la "pieza de las embarazadas", que funcionó como una maternidad clandestina. El 15 de enero de 1978 fue llevada al Hospital Naval para dar a luz, ya que no estaba el médico de la Marina, Jorge Magnacco, quien se encargaba de los partos en la ESMA.

Florencia nació por cesárea. Inmediatamente después, madre e hija fueron llevadas de nuevo a la ESMA, donde permanecieron juntas dos semanas más. "Supongo que hasta febrero lo pasé con ella, que me pudo amamantar. Sé que me apodó 'Lauchita', porque era muy chiquita", contó la joven en el juicio oral.
A comienzos de febrero, su madre fue "trasladada" de la ESMA y permanece desaparecida. Ella, según lo reconstruyó en el debate, fue llevada por el fallecido médico militar Aldo Clemente Chiappe, quien la entregó a Lavia, su compañero de guardia.

En junio de 2011, Florencia, que siempre había tenido dudas sobre su origen, accedió a realizarse voluntariamente los análisis de ADN y el 1 de agosto de ese año recuperó su identidad. «

martes, 26 de mayo de 2015

Cuatro procesados en la causa Donda

La apropiación de la diputada nacional Victoria Donda, que nació en la ESMA durante la última dictadura cívico-militar y fue criada por el genocida Juan Antonio Azic y su esposa Esther Abrego, tiene cuatro nuevos presuntos responsables. 

El juez federal Daniel Rafecas, a cargo de la investigación, procesó a los represores Adolfo Donda y Carlos Galián y a los médicos Jorge Magnacco y Héctor Pessino, por su responsabilidad en la sustracción, retención y ocultamiento de Donda a pocos días de su nacimiento. Donda nació en agosto de 1977 en la ESMA. Su mamá, María Hilda Pérez, había sido secuestrada junto a su esposo, José María Donda, cuando llevaba cinco meses de embarazo. Tras pasar algunos días junto a su madre, la beba fue entregada a Azic, quien purga, desde hace casi una década, una condena de 14 años de prisión por su apropiación y por delitos de lesa humanidad cometidos en la ESMA. Donda recuperó su identidad en 2004.

A principios de mes, Rafecas ordenó nuevas medidas en la causa, que hasta entonces contaba con Abrego como única procesada. El 11 de mayo, el magistrado procesó al ex capitán de Fragata Adolfo Donda, apodado Jerónimo o Palito, quien era represor en la ESMA durante la época en que su hermano y su cuñada fueron secuestrados por la Aeronáutica, en marzo de 1977. El magistrado también responsabilizó por la sustracción de la actual diputada al médico naval Jorge Luis Magnacco, que asistió el parto de Pérez en el centro clandestino de detención; a Galián, uno de los encargados del cuidado de las mujeres embarazadas y de los niños nacidos en la ESMA, y al médico Horacio Pessino, quien firmó el certificado de nacimiento falso en el que Donda figuró como hija biológica de Juan Antonio Azic y Esther Noemí Abrego.

Juicio oral por la apropiación de Florencia Laura Reinhold Siver

La historia de la búsqueda

Alicia Margulies de Siver contó que la abuela de la joven apropiada recibió un llamado de su hija desde la ESMA y que su vida fue “buscarla y esperar en el living de su casa a que volviera a sonar el teléfono”.

La segunda y última audiencia de declaraciones en el juicio por la apropiación de Florencia Laura Reinhold Siver transcurrió ayer entre el recuerdo a la distancia de una tía materna de la joven, un yerno de quien fue su entregador, el médico Aldo Chiappe, y un ex colega de Juan Carlos Lavia. Este último, su esposa Serafina Marchese y el obstetra Vicente De Luca están acusados de retención y ocultamiento del origen biológico de la hija de Marcelo Reinhold y Susana Siver –quienes fueron secuestrados en 1977, detenidos en la ESMA y aún están desaparecidos– de haber alterado y suprimido la verdadera identidad de la menor y de falsificar su certificado de nacimiento. Laura Reinhold Siver, al igual que la semana pasada, estuvo presente en la sala de los tribunales de Comodoro Py. El lunes comenzarán los alegatos.

Desde Israel, Alicia Margulies de Siver contó al Tribunal Oral Federal Nº5, a la fiscalía –representada por Miguel Angel Pala- zzani y Pablo Parenti–, a los abogados de Abuelas de Plaza de Mayo y a los acusados durante casi una hora de la historia que la une a Florencia Laura. Es la tía política de Laura; viuda de Lito, el hermano de Susana, la mamá de la médica clínica de 37 años que recuperó su verdadera identidad en 2011 y desde entonces intenta reconstruir los vínculos con sus familiares de sangre.

Alicia y Lito se instalaron en Israel poco tiempo después del regreso de la democracia a la Argentina. Para entonces, Susana y Marcelo llevaban varios años desaparecidos. Al igual que le sucedió a los Reinhold, la familia Siver también recibió, aunque escasas, noticias de ellos a fines de 1977. Desde su encierro en la ESMA, “Susana llamó a su casa y habló con mi suegra. Desde entonces, la mujer no se despegó nunca más del teléfono. Su vida fue buscarla y esperar en el living de su casa a que volviera a sonar ese teléfono”, reflexionó.

Cuando Marcelo y Susana fueron secuestrados, Alicia transitaba el cuarto mes de uno de sus cuatro embarazos: su panza estaba en la misma etapa de crecimiento que la de Susana. La hija del matrimonio exiliado nació en enero de 1978; igual que Florencia Laura. Del hecho, no obstante, las familias Reinhold y Siver se enterarían mucho tiempo después. Durante la audiencia de ayer fueron reproducidos los testimonios que algunas sobrevivientes de la ESMA –Sara Solarz de Osatinsky, Lila Pastoriza, Marta Alvarez, entre otras– ofrecieron en el marco del juicio por el plan sistemático de apropiación de niños y que aportaron información sobre el embarazo de Siver, su traslado al Hospital Naval para dar a luz, el nacimiento de Florencia Laura y cómo ambas fueron separadas a los pocos días de vida de la bebé.

Cuando supo de la recuperación de Florencia Laura, en 2011, Alicia viajó desde Israel junto a sus cuatro hijos. Lito había fallecido más de una década atrás. “Siempre tuvo presente a su hermana y a su sobrina”, recordó ayer. “Yo no entiendo qué pensaban”, reflexionó en referencia al matrimonio que la crió y que, recién cuando la joven llegó a la mayoría de edad, le advirtió que podía llegar a ser hija de desaparecidos: “¿Qué se pensaban? ¿Que (la niña que Lavia recibió de parte de Chiappe, que participó en la ESMA) no tenía familia, abuelos, primos, tíos que la estaban buscando? ¡Cómo puede ser que exista gente mala, gente así?”, se preguntó.

La reconstrucción de Alicia y la reproducción de los testimonios de las sobrevivientes no fueron las únicas palabras oídas en la audiencia de ayer. El ex yerno de Chiappe, Santiago Colomer, fue bastante más generoso que Juan Carlos Gesualdo, un médico que trabajó con Chiappe y Lavia en el sanatorio de la UOM. Colomer, que novió con una de las hijas de ese obstetra, se enteró de su desempeño en el centro clandestino de detención más grande del país cuando su por entonces suegro quiso suicidarse en la Navidad de 2003, atormentado por las violaciones a los derechos humanos de las que había participado. Gesualdo, testigo de la defensa, no aportó demasiada información. “A la mayoría de las preguntas respondió con un ‘no sé’ y por eso fue advertido por el tribunal, parecía que se estaba haciendo el zonzo”, apuntó Adriana Reinhold, tía de Florencia Laura, quien escuchó la audiencia junto con su hermano Augusto. En la sala también estuvo la joven acompañada de su esposo. Los testimonios de ayer fueron los últimos del debate oral y público que, a partir de la semana que viene, ingresará en etapa de alegatos.

domingo, 24 de mayo de 2015

Chicha: "Buscate que me encontrás"

La fundadora de Abuelas de Plaza de Mayo volvió a publicar una carta en Facebook. A sus 92 años no descansa en su lucha por encontrar a la nieta que le robó la dictadura.

Por Redacción Diagonales

La abuela de Plaza de Mayo María Isabel "Chicha" Chorobick de Mariani sigue con la búsqueda de su nieta Clara Anahí Mariani, apropiada a los tres meses de vida durante la última dictadura cívico-militar, y publica en su Facebook fotos de su nuera, madre de la beba robada, para que la joven las mire y encuentre parecidos físicos.

"Buscate que me encontrarás tan pronto como quieras", ruega "Chicha" en su red social, junto a 4 fotos de la madre de su nieta, Diana Teruggi, quien fue asesinada en un operativo de fuerzas conjuntas en noviembre de 1976, tras querer proteger a la beba de la balacera que atacaba la vivienda que ocupaban, en la ciudad de La Plata.

A "Chicha" le gusta contar historias familiares a su nieta, aún cuando en esta oportunidad no la tenga sentada al lado. Con este objetivo tan caro a su corazón, a sus 92 años, Chicha no teme a la tecnología y utiliza a su favor las redes sociales sabedora del alcance que éste sistema tiene.
    GG    
Una de las fotos de Diana Teruggi que publicó Chicha

"Clara Anahí, mi querida nieta, espero que te lleguen estas líneas y así puedas ver algo de vos reflejado en ella. Diana, tu mamá, nació el 3 de diciembre de 1950 en la ciudad de La Plata. Ella te protegió, con su vida, hasta el momento antes de que las fuerzas armas te entregaran a otra familia para que te críe aquel 24 de noviembre de 1976", comienza a contar.

Le explica a esa nieta a la que no ve desde 1976: "Tenías tan solo 3 meses de edad. Por eso es que te pido que busques parecidos, hasta en tus fotos viejas… y te animes!".

Y prosigue: "Tu mamá medía un metro setenta, era delgada, tenía piel clara, cabello ondulado y castaño tirando a rubio, ojos color miel y una hermosísima sonrisa que desnudaba sus dientes muy blancos y parejos. Sus voz tenía una dulzura particular porque cuando hablaba se le patinaba un poco la 'ese'"..

Recuerda que "aunque, a raíz de su ímpetu juvenil, caminaba siempre apurada (en alusión a Diana Teruggi) y de un modo algo atolondrada, era realmente delicada".

"Quienes la conocieron comentan que Diana llamaba la atención por su `brillantez intelectual`, por ser “excelente alumna” y por sus vehementes `discursos de asambleas`”, rememora.

"Chicha" le expresa a su nieta que "el amor y esperanza" que tiene en su corazón es tan grande que espera llegue. "Búscate que me encontraras tan pronto como quieras. Te espero, te busco y te quiero mucho mi querida Clara Anahí".

El 24 de noviembre de 1976 la casa de Diana Teruggi y su esposo Daniel Mariani, ubicada en la calle 30 número 1134 de La Plata, fue atacada por las fuerzas represivas.

Diana fue acribillada por la espalda y cayó cubriendo con su cuerpo a su pequeña hija Clara Anahí, que fue secuestrada por los represores y hasta el momento no pudo ser recuperada.

Daniel Mariani no estaba en la propiedad al momento del ataque, pero fue asesinado en agosto de 1977.

En la casa, declarada sitio de mmoria, funcionaba una imprenta que publicaba la revista "Evita Montonera", desde donde se denunciaron por primera vez las desaparición de personas durante la última última dictadura militar, los denominados "vuelos de la muerte" y la existencia de centros clandestinos de detención.

La propiedad exhibe en su frente varios cientos de orificios de bala que impactaron durante el ataque de las fuerzas represivas y un enorme boquete provocado por un proyectil de tanqueta, que atravesó esa pared y otra del interior de la vivienda.

jueves, 21 de mayo de 2015

Confirmado el procesamiento de dos auxiliares judiciales y dos administradores por apropiación de menores y otros delitos

La Cámara Federal de La Plata confirmó los procesamientos de dos ex auxiliares judiciales y dos administradores del "Hogar de Belén", que funcionó en la última dictadura cívico militar, por abuso a tres hermanitos de 4, 2 y 5 años entregados en guarda a ese lugar luego del secuestro de la madre de los pequeños, en marzo de 1977. 

La decisión de la sala II del Tribunal de Apelaciones platense recayó sobre quien era la encargada del lugar, Dominga Vera; un ex miembro de su comisión directiva, Juan Carlos Milone; la ex secretaria del juzgado de menores a cargo de los chicos, Nora Pellicier y una psicóloga que actuaba como auxiliar, María Teresa Gómez,. Vera, Milone y Gómez están procesados con prisión preventiva y Pellicier fue excarcelada.

El caso es el de los hermanos María Ester, Alejandro y Carlos Ramírez, quienes desde marzo de 1977 a diciembre de 1983 permanecieron alojados en ese hogar de la localidad bonaerense de Banfield por orden de la ya fallecida jueza de menores Martha Delia Pons. Los tres quedaron desamparados tras el asesinato de su madre el 15 de marzo de 1977, y la por entonces titular del Tribunal de Menores 1 de Lomas de Zamora omitió buscar a sus familiares biológicos y alojó a los niños en el citado hogar.

El padre de los chicos había sido encarcelado por la dictadura y luego se exilió.

Los camaristas confirmaron los procesamientos por entender probado que los niños fueron violados reiteradamente en el hogar durante años.

Milone quedó procesado como "autor del delito de violación doblemente agravada" y Vera como "partícipe necesaria". En cuanto a Pellicer, se le confirmo el procesamiento como partícipe secundaria de apropiación de menores y alteración y supresión del estado civil, y a la psicóloga Gómez como partícipe necesaria de los delitos y abandono de persona agravado.

Para la Cámara, en el hogar "emplearon violencia verbal y física contra los menores como método de disciplina, y permanentemente los obligaban a decirles 'papá' y 'mamá' y los alejaban de todo recuerdo de sus padres, diciéndoles que “su madre era una puta y su padre un terrorista subversivo”.

"Allí se hacían presentes con frecuencia “el Flaco" o "Darío”, que es Juan Carlos Milone -procesado-, integrante de la Comisión Directiva, y “el Gordo" o "Marcelo”, respecto de cuya identidad existen dudas", agregó el fallo, que consideró probado que "ambos abusaron sexualmente, de forma reiterada, a María Ester Ramírez, desde los 6 años de edad". También sufrieron abusos los hermanos de la nena, Carlos y Alejandro. "Dominga Vera no abusó de propia mano a ninguno de los hermanos Ramírez, pero conoció efectivamente las situaciones de abuso y no hizo nada al respecto", concluyeron los camaristas Leopoldo Héctor Schiffrin y César Álvarez.

En el fallo se consideró, además, como "evidente" que el Hogar Casa de Belén "estuvo gobernado por un grupo de tareas" por lo cual se encomendó al juez del caso "recabar más datos que clarifiquen los pormenores de este aspecto de los hechos".

En 1982, desde su exilio, el padre reclamó la devolución de los niños, pero la jueza Pons lo rechazó.

Los tres hermanos viven ahora en Suecia, país al que se fueron con su padre en 1983 y actúan como querellantes en la causa. Todos los acusados fueron procesados por el juez de Lomas de Zamora, Carlos Ferreiro Pella.

sábado, 9 de mayo de 2015

COMUNICADO DE PRENSA: Situación del Banco Nacional de Datos Genéticos

La Plata, 7 de mayo de 2015

Consideramos necesario expresar nuestra opinión y sentir acerca del traslado del Banco Nacional de Datos Genéticos, ese Banco contiene la esperanza de encontrar a nuestros nietos desaparecidos por la última dictadura cívica militar y eclesiástica.

Luego de una búsqueda incansable logramos al fin lo que tanto ansiábamos, poder identificar a nuestros nietos con respaldo científico y el Banco empezó a funcionar en el año 1984. Mucha gente de todas partes nos ayudó con donaciones, consejos, en tan difícil materia para nosotras y el mundo.

Allí están depositadas las muestras de sangre de familiares que buscan a sus nietos desaparecidos, y guardadas celosamente las de los familiares de los nietos que faltan recuperar, destinadas a perdurar hasta el año 2050. Ese Banco ya recuperó más de un centenar de chicos robados por la dictadura, ha funcionado normalmente con mucho sacrificio a veces por falta de reactivos u otros elementos, que durante muchos años ayudamos a conseguir. No entendemos por qué hoy quieren anular esos más de 30 años de trabajo y sacrificios. Es un lugar que debería ser respetado, resguardado, preservado de todo intento de hacerlo desaparecer, nos resulta muy difícil entender si ésta es una maniobra para finalizar con nuestra búsqueda de niños , hoy adultos, o si se trata de una cuestión de intereses económicos y/o personales.

Como ex integrantes y fundadoras de Abuelas de Plaza de Mayo, hemos trabajado en aquel tiempo intensamente para encontrar la manera de demostrar a través de la ciencia, la identidad de nuestros nietos secuestrados solos, con sus padres o nacidos en el cautiverio de sus madres. No podemos menos que expresar nuestra preocupación y rechazo ante este atropello a la historia y a la memoria de nuestros desaparecidos.

Queremos hacer llegar nuestro reconocimiento al personal técnico y administrativo del BNDG, sin cuyo aporte no podría haber funcionado, y hacemos extensivo nuestro afecto y agradecimiento a las directoras Dra. Ana María Di Lonardo y Dra. María Belén Rodríguez Cardozo por su incansable y muy eficiente labor desempeñada en la conducción del Banco.

Elsa Beatriz Pavón Presidenta de la Asociación Anahí, Mirta Nicasia Baravalle Co-fundadora de Madres y Abuelas de Plaza de Mayo. Socia Fundadora de Asociación Anahí ,  María Isabel Chorobik de Mariani Vicepresidenta de la Asociación Anahí