martes, 26 de mayo de 2015

Juicio oral por la apropiación de Florencia Laura Reinhold Siver

La historia de la búsqueda

Alicia Margulies de Siver contó que la abuela de la joven apropiada recibió un llamado de su hija desde la ESMA y que su vida fue “buscarla y esperar en el living de su casa a que volviera a sonar el teléfono”.

La segunda y última audiencia de declaraciones en el juicio por la apropiación de Florencia Laura Reinhold Siver transcurrió ayer entre el recuerdo a la distancia de una tía materna de la joven, un yerno de quien fue su entregador, el médico Aldo Chiappe, y un ex colega de Juan Carlos Lavia. Este último, su esposa Serafina Marchese y el obstetra Vicente De Luca están acusados de retención y ocultamiento del origen biológico de la hija de Marcelo Reinhold y Susana Siver –quienes fueron secuestrados en 1977, detenidos en la ESMA y aún están desaparecidos– de haber alterado y suprimido la verdadera identidad de la menor y de falsificar su certificado de nacimiento. Laura Reinhold Siver, al igual que la semana pasada, estuvo presente en la sala de los tribunales de Comodoro Py. El lunes comenzarán los alegatos.

Desde Israel, Alicia Margulies de Siver contó al Tribunal Oral Federal Nº5, a la fiscalía –representada por Miguel Angel Pala- zzani y Pablo Parenti–, a los abogados de Abuelas de Plaza de Mayo y a los acusados durante casi una hora de la historia que la une a Florencia Laura. Es la tía política de Laura; viuda de Lito, el hermano de Susana, la mamá de la médica clínica de 37 años que recuperó su verdadera identidad en 2011 y desde entonces intenta reconstruir los vínculos con sus familiares de sangre.

Alicia y Lito se instalaron en Israel poco tiempo después del regreso de la democracia a la Argentina. Para entonces, Susana y Marcelo llevaban varios años desaparecidos. Al igual que le sucedió a los Reinhold, la familia Siver también recibió, aunque escasas, noticias de ellos a fines de 1977. Desde su encierro en la ESMA, “Susana llamó a su casa y habló con mi suegra. Desde entonces, la mujer no se despegó nunca más del teléfono. Su vida fue buscarla y esperar en el living de su casa a que volviera a sonar ese teléfono”, reflexionó.

Cuando Marcelo y Susana fueron secuestrados, Alicia transitaba el cuarto mes de uno de sus cuatro embarazos: su panza estaba en la misma etapa de crecimiento que la de Susana. La hija del matrimonio exiliado nació en enero de 1978; igual que Florencia Laura. Del hecho, no obstante, las familias Reinhold y Siver se enterarían mucho tiempo después. Durante la audiencia de ayer fueron reproducidos los testimonios que algunas sobrevivientes de la ESMA –Sara Solarz de Osatinsky, Lila Pastoriza, Marta Alvarez, entre otras– ofrecieron en el marco del juicio por el plan sistemático de apropiación de niños y que aportaron información sobre el embarazo de Siver, su traslado al Hospital Naval para dar a luz, el nacimiento de Florencia Laura y cómo ambas fueron separadas a los pocos días de vida de la bebé.

Cuando supo de la recuperación de Florencia Laura, en 2011, Alicia viajó desde Israel junto a sus cuatro hijos. Lito había fallecido más de una década atrás. “Siempre tuvo presente a su hermana y a su sobrina”, recordó ayer. “Yo no entiendo qué pensaban”, reflexionó en referencia al matrimonio que la crió y que, recién cuando la joven llegó a la mayoría de edad, le advirtió que podía llegar a ser hija de desaparecidos: “¿Qué se pensaban? ¿Que (la niña que Lavia recibió de parte de Chiappe, que participó en la ESMA) no tenía familia, abuelos, primos, tíos que la estaban buscando? ¡Cómo puede ser que exista gente mala, gente así?”, se preguntó.

La reconstrucción de Alicia y la reproducción de los testimonios de las sobrevivientes no fueron las únicas palabras oídas en la audiencia de ayer. El ex yerno de Chiappe, Santiago Colomer, fue bastante más generoso que Juan Carlos Gesualdo, un médico que trabajó con Chiappe y Lavia en el sanatorio de la UOM. Colomer, que novió con una de las hijas de ese obstetra, se enteró de su desempeño en el centro clandestino de detención más grande del país cuando su por entonces suegro quiso suicidarse en la Navidad de 2003, atormentado por las violaciones a los derechos humanos de las que había participado. Gesualdo, testigo de la defensa, no aportó demasiada información. “A la mayoría de las preguntas respondió con un ‘no sé’ y por eso fue advertido por el tribunal, parecía que se estaba haciendo el zonzo”, apuntó Adriana Reinhold, tía de Florencia Laura, quien escuchó la audiencia junto con su hermano Augusto. En la sala también estuvo la joven acompañada de su esposo. Los testimonios de ayer fueron los últimos del debate oral y público que, a partir de la semana que viene, ingresará en etapa de alegatos.

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